Hoy en día, es muy común escuchar las palabras “estrés” y “ansiedad” casi a diario. Y, aunque a menudo se usan indistintamente, son dos conceptos diferentes desde el punto de vista de la psicología. Entender qué son y cuáles son las diferencias es fundamental para poder manejarlos de manera adecuada y mejorar nuestro bienestar.
Por ello, vamos a descubrir las diferencias claves y cómo podemos gestionarlos, ¿estás preparado?
Índice
¿Qué es el estrés?
El estrés es una reacción natural del cuerpo cuando se enfrenta a situaciones demandantes, por ejemplo, un examen o una entrevista de trabajo. es una respuesta adaptativa que nos impulsa a actuar y conseguir nuestros objetivos.
Pero, es imprescindible distinguir entre el estrés puede ser positivo (eustrés), que puede motivarnos, mejorar nuestro rendimiento y ayudarnos a enfrentarnos a los desafíos; o un estrés negativo (distrés), el cual tiene consecuencias perjudiciales para nuestra salud física y mental y no nos deja alcanzar nuestros objetivos.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta emocional caracterizada por el miedo y la preocupación por la anticipación de una amenaza futura, real o percibida. Esta puede manifestarse en situaciones cotidianas, por ejemplo, cuando estamos esperando una noticia o cuando nos preocupamos por cuestionario laborales y personales.
Diferencias clave entre estrés y ansiedad
Algunas de las diferencias claves entre el estrés y la ansiedad se encuentra en el tiempo en la que se presenta cada una y en las causas de las mismas:
Temporalidad. Mientras que el estrés es de corta duración y está vinculado a una situación o evento específico, por lo que cuando este estresor desaparece, el estrés se reduce; mientras que la ansiedad puede ser a corto o largo plazo y persistir incluso cuando la situación desencadenante ha pasado.
Causa. El estrés es causado por diversas situaciones, tanto positivas (un nuevo trabajo o un evento importante) como negativas (la pérdida de un trabajo o problemas familiares); la ansiedad es más una anticipación de evento futuros que percibimos como amenazantes.
Entre los síntomas también encontramos algunas diferencias entre el estrés y la ansiedad y se pueden distinguir entre síntomas físicos, cognitivos y emocionales:
Hay que destacar que estos síntomas pueden variar en intensidad y duración de una persona a otra, y la presencia de estos síntomas no indica necesariamente un trastorno. Aunque, en algunos casos, el estrés prolongado y mal gestionado puede contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad. Por ello, es fundamental el apoyo y asesoramiento de un profesional de la salud mental.
Gestión del estrés y la ansiedad
Manejar el estrés y la ansiedad de manera efectiva es crucial para mantener un equilibrio emocional y una buena salud mental. Aquí te presento algunas estrategias prácticas que pueden ayudarte a reducir y controlar estos estados:
- Técnicas de relajación. La meditación guiada, el mindfulness, la respiración profunda o el yoga pueden ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad.
- Ejercicio regular. El ejercicio físico libera endorfinas que pueden mejorar nuestro estado de ánimo y reducir la tensión.
- Apoyo social. Hablar con amigos o familiares puede proporcionarte alivio y reconfortarte en un momento determinado.
- Establecer prioridades. Organizar y planificar puede ayudarte a manejar el estrés diario, estableciendo prioridades realistas.
- Ayda profesional. Si los síntomas de estrés y ansiedad se desbordan y no sabes como gestionarlos, pide cita aquí, te ayudamos.
Conclusiones
Comprender la diferencia entre estrés y ansiedad es el primer paso para gestionarlos de manera afectiva. Ambos pueden afectar a nuestra calidad de vida, pero con las estrategias adecuadas, podemos aprender a manejarlos y mejorar nuestro bienestar general.