Desarrollando las funciones ejecutivas en niños: 6 estrategias para el hogar

Las funciones ejecutivas son habilidades mentales clave que permiten a los niños planificar, organizar, recordar, regular emociones y llevar a cabo tareas diarias. Estas funciones son esenciales para un correcto desarrollo a nivel académico, social y emocional. En este artículo, exploraremos la importancia de las funciones ejecutivas en el desarrollo infantil y compartiremos estrategias prácticas para fortalecerlas en casa.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas son procesos cognitivos superiores que controlan y regulan el pensamiento, la emoción y el comportamiento de la persona. Entre estas habilidad encontramos la memoria de trabajo, capacidad que nos permite retener y manipular información de manera temporal; la inhibición, que actúa como un mecanismo de control, permitiendo resistir impulsos no deseados; la flexibilidad cognitiva que facilita la adaptación a nuevas ideas o enfoques; la planificación permite organizar y estructurar tareas de manera eficaz; y la autorregulación emocional, que se encarga de gestionar y modular las respuestas emocionales, contribuyendo al bienestar psicológico. 

Estas habilidades son esenciales para el desarrollo del autocontrol y la toma de decisiones informadas, desempeñando un papel crucial en la vida diaria y en la consecución de metas a largo plazo. 

Importancia del desarrollo de las funciones ejecutivas

El desarrollo adecuado de las funciones ejecutivas en la infancia está vinculado al éxito académico, la resolución de problemas y las relaciones sociales saludables. Los niños con habilidades ejecutivas bien desarrolladas tienden a enfrentar desafíos con mayor eficacia y a tener un rendimiento académico más sólido. 

Estrategias para trabajar las funciones ejecutivas en casa

1.Juegos de mesa y rompecabezas

    Juegos que requieren planificación, toma de decisiones y memoria de trabajo son excelentes para desarrollar las funciones ejecutivas. Por ejemplo, el ajedrez, el Scrabble o el Memory.

    2. Rutinas estructuradas

    Establecer rutinas diarias proporciona un marco predictivo que ayuda a desarrollar la autorregulación y la planificación. Incluye tiempo para tareas académicas, juego, comidas y descanso. Por ejemplo, crea una tabla de tareas diarias para que tu hijo las marque una vez realizadas o un calendario visual con imágenes para ayudarle a anticipar las actividades diarias y semanales. 

    3. Actividades físicas

    El ejercicio regular contribuye al desarrollo de las funciones ejecutivas al mejorar la concentración y la memoria. Aquellas que son al aire libre son las más beneficiosas para los más pequeños. Diseña una carrera de obstáculos, ¡se lo pasarán genial y estaremos trabajando la coordinación y planificación motora!

    4. Juegos de simulación

    Juegos que implican roles y escenarios fomentan la flexibilidad cognitiva y la resolución de problemas. Deja volar su imaginación, que se disfracen y hagan pequeños teatros para representarlos ante la familia o crea una tienda de alimentos en casa con dinero ficticio para fomentar la planificación y la toma de decisiones.  

    5. Establecimiento de metas

    Ayuda a tu hijo a establecer metas realistas y a planificar los pasos para alcanzarlas. Esto fomenta la autorregulación y la persistencia en la tarea. Crea una tabla de metas semanales y estableced los pasos a seguir para alcanzarla. 

    6. Fomentar la reflexión

    Después de situaciones emocionales o desafiantes, habla con tu hijo sobre lo que ha sucedido. Fomentar la reflexión ayuda a desarrollar la conciencia emocional y la autorregulación. Anima a tu hijo a llevar un diario emocional si es más mayor donde reflexione sobre las experiencias del día. Si aún es pequeño, estableced un ratito para hablar y reflexionar sobre las actividades que ha hecho durante el día. 

    Conclusión 

    Desarrollar las funciones ejecutivas en niños es fundamental para su éxito a largo plazo. Integra estas estrategias en la vida diaria del hogar no solo fortalecerá estas habilidades, sino que también contribuirá al bienestar general de tu hijo. Al crear un entorno enriquecedor estarás proporcionando a tu hijo las herramientas necesarias para enfrentar desafíos y prosperar en todos los ámbitos de la vida.

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